La intervención de Gallego e Islas ayudó la detención de un motochorro que le había robado $ 35.000 a una mujer. "Luis hizo todo; yo sólo dirigí", bromeó el DT.
La apacible Salta no regala grandes sorpresas. Para el plantel de Independiente, la estadía es muy rutinaria. Desayuno, entrenamiento y/o gimnasio, regreso al hotel, almuerzo, siesta, merienda, otra práctica, cena, dormir y el ciclo vuelve a empezar. Los ratos libres se cuentan con los dedos de las manos. En plan relajante, Américo Gallego y Luis Islas fueron al Alto Noa Shopping, el más importante de esta ciudad, sin saber la sorpresa que les esperaba: ambos ayudaron en la detención de un delincuente que intentó robarle 35.000 pesos a una señora en una salidera bancaria. Esta es la historia del día.
La salidera se produjo en la puerta del Banco Río, en la esquina de la avenida Virrey Toledo y Alsina, frente al centro comercial. Sandra Díaz Tolaba, que acababa de retirar esa alta suma de dinero, al regresar a su camioneta Isuzu fue atacada por un hombre que logró arrebatarle la cartera.
Ante los gritos de Tolaba, varios transeúntes salieron en su defensa, entre ellos el técnico del Rojo y su actual ayudante de campo. El ladrón corrió por Alsina, por donde su socio lo esperaba en una moto Honda Twister. El grupo de perseguidores logró, a los golpes, que el sujeto detuviera su carrera; aún así el ladrón pretendió sacar al menos un fajo de billetes, pero finalmente abandonó los 35.000 pesos en la calle y huyó. En tanto, el cómplice, al intentar escapar dejó la moto e ingresó al estacionamiento del shopping, donde primero recibió un trompazo de Islas y luego fue alcanzado por el personal de seguridad.
Los delincuentes no son nenes de pecho: el detenido es Matías Jesús González y el prófugo se llama Sebastián Romero. Ambos tucumanos, están sospechados de haber asesinado el 13 de diciembre, en la San Miguel de Tucumán, a Silvia Castillo de Roselló, ultimada a balazos delante de su familia, también en ocasión de robo.
El intento de asalto en Salta ocurrió el miércoles, pero no trascendió hasta ayer porque ni Islas ni el Tolo querían hablar al respecto, por miedo a represalias. "No pasó nada, no pasó nada", repetía el ex arquero ante cada consulta. Sin embargo, por tratarse de dos personas públicas, varios testigos los señalaron como protagonistas de la situación. Algunas crónicas le dan todo el mérito a Luigi, aunque La Gaceta de Tucumán, por ejemplo, cita a Oscar Hanne, empleado de una compañía de seguros y ex rugbier, quien le hizo una zancadilla a uno de los delincuentes, pero no pudo detenerlo. Hanne dio su versión: "Para su desgracia, salió corriendo hacia el estacionamiento del shopping y se encontró de frente con Islas y Gallego. El Tolo lo empujó y Luis le embocó una piña que lo dejó tirado en el suelo y permitió que se lo detuviera", explicó. Así, al técnico, en diálogo con Estudio Fútbol, no le quedó otra que blanquear lo sucedido A su modo, claro: "Desmiento que yo haya hecho algo, me quedé al lado del shopping gritando y todos los individuos, pasando la calzada del otro lado, actuando. Le dije a Islas: "¿Querés hacer el bien?". Así que lo corrió y se lo entregó a una persona. Hicimos lo que se tiene que hacer", destacó Américo, quien muchas veces dudó de regresar a dirigir a la Argentina por miedo a la inseguridad que se palpa a diario en las calles. Y agregó: "La mujer tenía 35 mil pesos, es un año de trabajo. Para mí es un caso terminado, obramos bien los dos. Yo no participé, sólo empecé a gritar, la gente también, bajaban con la moto, se tropezaron y ahí empezó el rally".
Luego el Tolo entendió en que podrían haber corrido otra suerte: "Mirá si el tipo tenía un chumbo, ya había matado...". Pero al final se sonrío: "Fue un espectáculo: la gente aplaudía. Al otro día la señora y el marido vinieron a saludarnos al hotel, lo felicitaron a Luis porque hizo casi todo, en el sentido de que agarró a la persona. Yo, como siempre, dirijo, je".
fuente: www.ole.clarin.com
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